19 ene 2007

Sangre nueva, ideología moderna


Una gran parte de la sociedad tenemos en claro —aunque muchos sin un motivo realmente contundente y claro— que nuestro país necesita de una reforma en la estructura política hegemónica vigente en la actualidad. La política nacional necesita de sangre nueva que reincorpore el papel del ciudadano en la toma de decisiones de su entorno y deje fuera las mafias familiares de unos cuantos que han controlado nuestro país desde hace muchos años: en lo económico, en lo político, en los medios, hasta en lo cultural... Podría pensarse —y yo creo que es así— que una razón suficiente para implorar por nuevas opciones políticas es la corrupción y vicio en el que han caído los partidos de siempre, ingresando en un círculo vicioso del cual nunca podrán salir: ... <—> clientelas políticas <—> favores electorales <—> deudas políticas <—> favores políticos <—> clientelas políticas <—> ... y sigue... y sigue... Pero, más allá de esta evidente (y desafortunada) verdad, existe una ideología política hasta hace poco ausente —como tal— del sistema tradicional mexicano; una hibridación entre el socialismo y capitalismo modernos: la socialdemocracia.

«Tanto mercado como sea posible; tanto estado como sea necesario.»


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