17 ene 2007

Lo de siempre



Los legisladores de los tres principales partidos políticos, ante la opinión pública, decidieron tomar medidas sólo aparentemente populistas en la ley de ingresos del 2007. Digo sólo aparentemente pues hablaban de cómo los pobres se verían perjudicados con un impuesto en los refrescos pero, a la vez, olvidando los graves problemas de salud que dichas bebidas ocasionan y el gasto que generan para el estado al generar problemas de salud relacionados con malas prácticas alimenticias.
Nuestros legisladores también olvidaron que aumentar el precio de la gasolina no sólo perjudica a quienes tienen autos (que, en la actualidad, están lejos de ser ricos), sino a toda la población; en especial a los más pobres, que utilizan el trasporte colectivo urbano. Por si fuera poco, las mercancías se distribuyen precisamente en camiones por todo el país (los cuales, por cierto, consumen gasolina), lo cual elevará el costo de los insumos y aumentará, como ya hemos visto a lo largo de estas primeras semanas de enero, el costo de los productos... incluyendo la coca-cola.
Todos observamos cómo un gobierno que se vendió electoralmente como una solución a los problemas económicos, un gobierno que se maneja como el que sabe atraer al capital y controlar el mercado, en estas primeras semanas lo único que ha logrado es agravar la ya precaria situación en la que millones de mexicanos subsisten. De manera obvia saltan preguntas: Con estas medidas, ¿pensaban en la gente o en los intereses de la coca-cola? ¿Dónde está el PRD, que controla gran parte del congreso? ¿Acaso cambiamos la posibilidad de una verdadera libertad por los partidos de siempre que, como siempre, han hecho lo mismo?
Naín Martínez

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