7 jul 2007

No nos moverán...



Imagínense un mundo donde todos se encuentran tan enajenados con las cosas que no tienen sentido; con la materia inerte que nos rodea y nos hace felices por unos segundos, como un parche para un crater lunar de magnitudes terrestres. La sicología social de los seres humanos y, en especial, de los mexicanos, nos ha llevado a un vacío interno que debemos rellenar con tareas y objetos mundanos y perecederos. El verdadero vínculo hacia la satisfacción se encuentra en nosotros mismos; pero, parece muy lejano de aquello que conforma actualmente nuestro tejido social, inmerso en una crisis de convivencia que contiene un círculo vicioso sin fin…

¿Qué papel juega la política en todo esto? Los mexicanos hemos sido acostumbrados por más de 70 años de políticas viejas a un sistema clientelar que conserva poderes fácticos detrás de la máscara de los partidos de siempre. De la desesperanza y la miseria, surge la necesidad de tomar de quien nos ofrezca y ser agradecidos por ello. Una pequeña cúpula de viejos políticos, con un poco más de visión que el resto de los mexicanos, pero con menos valores, han conducido el destino de nuestro país por décadas; cambiando de color mas no de forma en el nuevo milenio. Nos acostubraron a ser nuestros reyes, nuestros altos comandates; figuras casi divinas a las que había que lavar los pies y besar las manos… ¡bendito seas que le das al pobre las migajas de pan! ¡Bendito seas porque curas mis heridas! ¡Bendito seas que me ayudas a pasar por los derechos de otros dándome privilegios! ¡Bendito! ¡Alabado el que nos regala estos maravillosos objetos en la épica y gloriosa época de campaña! Esa fue la política a la que los gobernantes de antaño nos acostumbraron: una política de cada tres o seis años que había campañas donde los políticos prometían el cielo y las perlas con tal de ganar. Suficientemente malo es que esa forma de hacer política siga funcionando para ganar el voto de algunos ciudadanos: las clientelas políticas del viejo PRI y, desde que arribaron al poder, también del PAN y del PRD. Por si esto no fuera poco, la vieja política se llevó consigo algo más preciado que el dinero de los mexicanos: nuestra esperanza; tal que ya no creemos en nada y en nadie. Ante la desconfianza en nuestros semejantes, y no se diga en nuestros gobernantes —nuestros políticos— entramos en un círculo vicioso en el cual en estos nichos sólo prevalecieron lo peor de lo peor: aquellos dispuestos a soportar por la ambición los horrores de la vieja y oxidada forma de hacer política.

Ante un entorno tan poco favorable, donde político resulta muchas veces sinónimo de corrupto, donde nuestros gobernantes ofenden nuestra inteligencia jugando sucio con nuestra ignorancia y quitándonos los mecanismos para salir de ella ¿qué sucede? ¿qué le pasó a Pedro de tantas veces que mintió diciendo que venía el lobo? A las tantas veces que fuimos engañados perdimos la confianza y la cambiamos por la desconfianza, la apatía y el sospechosismo. ¿Qué pasa cuando cuando finalmente viene el lobo y nosotros pensamos que es un engaño más? ¿qué puede pasar con un grupo de ciudadanos, cansados de la política vieja, que deciden organizarse para cambiar el régimen de privilegios? ¿cómo los ve la gente? Seguro que desconfía, es apático y sospecha. En las condiciones actuales, es extremadamente difícil penetrar en este sistema de políticas de favoritismos y negociaciones en lo oscurito; porque, para ello, si no se cuenta con el apoyo de grandes poderosos o de clientelas masivas, hay que contar con el poder de la convicción de un gran número de ciudadanos, y eso es algo muy difícil de alcanzar en la desesperanza.

ALTERNATIVA es un partido joven, pero fuerte en su ideología genuina, convicciones y propuestas, formado por ciudadanos libres que, cansados de la vieja y asquerosa forma de hacer política, hemos decidido que debemos organizarnos para arrebatar del poder a esas élites políticas de las cuales somos rehenes. Pero, ¿cómo convencer a las personas de que realmente somos una opción distinta; de que realmente no somos iguales? El otro día, alrededor de quince minutos pasó Mónica Blanco, candidata a diputada por el XIV distrito, platicando con una señora en la calle que decía que no creía en los políticos: “¡Somos ciudadanos libres!” —decía Mónica— “¡No somos iguales!” —proseguía—, pero no pudo convencerla del todo. Un día entero no hubiera bastado para convencerla tras décadas de ver lo contrario.

Por eso me siento como los marcianitos del video de Moby “In this World”: sé que hay un mundo allá afuera, de gente absorta en su vida cotidiana, tratando de luchar por una vida mejor, tratando de ser feliz, tratando de pasarla bien, tratando de sobrevivir, tratando de simplemente “irla pasando”… ¿Qué hacemos por nuestra sociedad como ciudadanos? ¿Qué hacemos cuando un grupo de ciudadanos genuinamente trata de ayudarnos; de ser nuestros oídos, nuestros ojos y nuestra voz para acabar con los viejos regímenes? ¿Acaso le devolvemos el gesto? ¿o pasamos de largo como si nadie estuviera allí, tratando de marcar la diferencia, buscando nuestro apoyo… TU apoyo?

Me atrevo a decir que ni yo ni nadie de los que conformamos ALTERNATIVA en Baja California vamos a renunciar a este proyecto en el cual firmemente creemos. Mientras sigan existiendo políticos corruptos, demagogos y mentirosos que lucran con nuestra falta de información, a nosotros, nos tendrán enfrente. Mientras se siga privilegiando a las élites intocables y se deja al ciudadano en el último de los peldaños, a nosotros, no nos moverán. No nos moverán de nuestras convicciones, de nuestras ideas y de nuestros sueños posibles. No nos moverán de nuestra insistencia en nuestro derecho a existir. No nos moverán.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es un gusto ingresar a internet y ver articulos con los cuales me siento identificada, es un gusto tambien que haya voces que expresen abiertamente lo que algunos pensamos y hemos compertido en charlas con amigos y conocidos...
tu articulo inspira y confirma que ese sentir no es solo el sueño de alguien... sino le idea de muchos..
gracias y adelante...
Ely Blanco.