12 dic 2007

Las reformas al COFIPE: un retroceso en la construcción de la democracia mexicana

Nuestra principal inquietud con relación a las reformas, ¿Cuál ha sido el motivo fundamental de las sucesivas reformas electorales que han animado la construcción democrática en México?. En nuestra opinión ha sido sobre todo: arrancarle al presidencialismo, a los poderes fácticos, y a la política corrupta el control de los procesos electorales y colocarlos en manos de la ciudadanía, para que la voluntad popular fuera respetada. Que fueran las y los ciudadanos los que decidieran con su voto libre e informado el destino de la nación, y no los mapaches electorales. La ciudadanización de los procesos electorales es la garantía de una democracia transparente, imparcial, equitativa y plural. Una democracia en la que los votos de los ciudadanos se contaran y contaran. Pese a las resistencias de autoritarismos y autoritarios de todo signo, la democracia mexicana avanzo en esa dirección.

Pero con las reformas al COFIPE se dio marcha atrás en un proceso torcido. Eso es lo que esta en juego. El cambio fundamental que pretenden estas reformas legales electorales –aprovechando de la justa limitación a los poderes fácticos- es hacer a un lado a la ciudadanía y expropiarle su derecho a decidir. En estricto, es una contrarreforma en la letra chiquita, para desandar el espíritu de la reforma constitucional que aprobó hace poco. El espíritu faccioso que animó el nombramiento del IFE de Ugalde, que fue el origen de su cuestionado y criticado desempeño en las recientes elecciones y la razón por la cual lo estamos desmontando, ahora se pretende cambiar, pero no con el ánimo de retornar al proceso de ciudadanización, que fue la esencia de la construcción democrática en México, sino para retomar otro espíritu faccioso. Una facción más grande, no el consenso que prometía la ley para la Reforma del Estado, una facción con mayor control de sus partidos, una facción, si quieren, tripartita, pero, al fin, una facción.

Por eso estamos en contra de muchos aspectos de esta ley. No por participar en una alianza de sobrevivencia con los partidos emergentes. No por encono personal con promotores personalmente interesados en esta reforma, por mas filibusteros de la política que puedan parecer. Nuestra oposición se funda en principios. Estamos convencidos que la democracia mexicana solo podrá reconstruirse y consolidarse llevando hasta el fin el proceso de ciudadanización de la política y de transparencia en las decisiones políticas y en los partidos.

Este es el camino que no se quiere seguir:
• Esta propuesta de reforma ya aprobada, refleja la efectiva falta de transparencia de los partidos políticos al crear para ellos un régimen de excepción.
• No establece un proceso de elección para los consejeros del IFE regulado y transparente.
• No propone el mecanismo claro que mandata la constitución de “una amplia consulta publica” para la elección de los futuros consejeros electorales.
• No se quiere sostener la imparcialidad, independencia y ciudadanización de los organismos electorales, que es el principio fundamental a tutelar.
• No se quiere, ya no digamos la paridad, sino la promoción real de la equidad de género de manera comprometida y congruente con el discurso de los políticos, la propuesta es un retroceso en relación a la actual fórmula.
• No existe el compromiso para cumplir con la demanda ciudadana de abaratar y transparentar el costo de los partidos políticos, por eso el artículo 78 que se nos propone viola la norma constitucional del artículo 41 que establece el tope del 10 por ciento para las aportaciones del dinero privado.

• Mucho menos existe la voluntad política para realmente plasmar la equidad en el acceso a los medios de comunicación para toda la pluralidad política representada en el Congreso, por eso no se establece que el 30 por ciento del tiempo aire de reparto equitativo deba ser considerado en el horario de mayor audiencia.

• Finalmente, limitarán el derecho a la libre asociación política de los partidos, por una razón sencilla: quieren ganar en una jugarreta legal lo que no se atreven a disputar en la arena política a los caudillos presidenciales. ¿Por qué en vez de revisar a fondo el criterio para asignación de diputaciones para hacerla genuinamente proporcional, ofrecen esa distorsión llamada cláusula de la “vida eterna”, que en realidad debería llamarse la del “eterno cochupo”. ¿Por qué razón se establece un 1% de votos para partidos que vayan en alizanzas y 2% para partidos que vayamos solos a las elecciones, si la ley debe ser construir la igualdad de condiciones de competencia para todos?

El verdadera y profunda reforma electoral debería continuar con el proceso de ciudadanización de la democracia mexicana, distinguir a los verdaderos demócratas de los autoritarios encubiertos, reconstruir y consolidar la democracia mexicana y no o propiciar un atajo contrareformista y saltapatras para el retorno del viejo régimen antidemocrático. Que quede claro: puestos a elegir entre el sistema de partidos y los poderes fácticos, optaremos siempre por el sistema de partidos. Pero puestos a elegir entre la desviación partidocrática del sistema de partidos y la ciudadanía, optaremos siempre por la demanda democrática de la ciudadanía.


ALTERNATIVA SOCIALDEMÓCRATA

No hay comentarios.: